domingo, 23 de octubre de 2011

"Poema 128", de Emily Dickinson


Poema 128

Dame el ocaso en una copa,
enumérame los frascos de la mañana
y dime cuánto hay de rocío,
dime cuán lejos la mañana salta-
dime a qué hora duerme el tejedor
que tejió el espacio azul.

Escríbeme cuántas notas habrá
en el nuevo éxtasis del tordo
entre asombradas ramas-
cuántos caminos recorre la tortuga-
cuántas copas la abeja comparte,
disoluta del rocío.

También, ¿quién puso la base del arco iris,
también, quién guía las esferas dóciles
por juncos de azul flexible?
¿Qué dedos atan las estalactitas-
quién cuenta la plata de la noche
para saber si nadie está en deuda?

¿Quién edificó esta casita albana
y cerró herméticamente las ventanas
que mi espíritu no puede ver?
¿Quién me dejará salir un día de gala
con implementos de vuelo,
fugaz pomposidad?

(Emily Dickinson, Poemas. Versión de Silvina Ocampo.
Tusquets Editores, Barcelona, 1985)





Emily Dickinson (Amherst, Massachusets, 1830-1886)  fue una poeta estadounidense. Creció en un ambiente puritano y pasó casi toda su vida sin salir de su habitación, dedicada a contemplar la naturaleza circundante, a la lectura de sus autores favoritos (Shakespeare, los místicos, Keats, las hermanas Brontë y Barret Browning, entre otros) y a la composición de sus poemas, unos 1750, en los que refleja los conflictos morales e intelectuales de su tiempo. Su obra se publicó   en 1890. A partir de los años veinte empezó a ser valorada por la crítica, y actualmente está considerada una de las figuras fundamentales de la lírica estadounidense. En sus poemas, poblados de imágenes y símbolos, transgredió voluntariamente las normas de la métrica, el ritmo y la sintaxis. Su poesía, sencilla y profunda, se interroga sobre la naturaleza y los sentimientos, sobre la vida y la inmortalidad. 

Puedes  leer otro poema de la autora en este blog:


4 comentarios:

  1. Ya sabemos que Nadie hace todas las cosas enumeradas; al menos Nadie a Quien acudir con implementos de vuelo cuando la Vida evacue nuestra carcasa y lo que creemos espíritu se funda en negro por la desconexión neuronal.
    Estamos realmente solos, doña Emily, aunque ni yo pueda creerlo al decirlo porque es inasumible.
    Carlos San Miguel

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  2. Pero eso no quita para que sea un espléndido poema que me ha gustado mucho.
    Carlos

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