miércoles, 9 de febrero de 2011

Encuentro con Ana Alcolea


ACTIVIDAD ORGANIZADA POR EL DEPARTAMENTO DE LENGUA Y LITERATURA



ANA ALCOLEA VISITA NUESTRO INSTITUTO



    Nuestra profesora de Lengua nos informó de que venía Ana Alcolea el día 31 de enero para hablarnos sobre su novela El medallón perdido (publicada en 2001). A mí me hizo mucha ilusión.
   Nuestra profesora nos vino a buscar a clase a la hora acordada y nos llevó a todos juntos hasta el salón de actos. Antes de entrar, nos dijo que no tuviésemos vergüenza y que hiciésemos todas las preguntas que habíamos preparado. Yo pensaba que solo íbamos a estar nosotros, los de 1ºC, pero estaba equivocada, estábamos todos los de 1º de ESO y algunos compañeros de 2º. Nos sentamos según fuimos llegando. Cuando todo el mundo se calló, entró Ana Alcolea acompañada por la Jefa del Departamento de Lengua. Esta hizo una breve presentación y después le pasó el micrófono a Ana.
   Ella empezó a explicarnos por qué había escrito esta novela. Nos contó que uno de sus primos, que vivía en África, había fallecido en un accidente de avioneta. El dolor que este hecho le produjo era tan fuerte que empezó a escribir una historia inspirada en su primo.
   A continuación, nos dejó que le hiciésemos preguntas. Una de las cosas que más nos impresionaban era el rito de iniciación, así que le preguntamos si era real, cosa que confirmó. A mí, según iba contando las fases del bwiti, me iba pareciendo una costumbre más horrorosa.
   Después, para mi sorpresa y yo creo que para la de todos los que allí estábamos, nos enseñó el medallón que tanto había nombrado en la novela: era una muela de leopardo que le habían regalado sus primos. La verdad es que me lo imaginaba de otra manera, pero me impresionó.
A mí, el tiempo en que estuvo contándonos cosas se me pasó muy deprisa, me parecía como algo mágico.
   Mientras respondía a nuestras preguntas, poco a poco me fui dando cuenta de que la novela era también una pequeña parte de la vida de la escritora. Me pareció muy interesante.
   Cuando terminó, nos invitó a acercarnos a ella para que pudiera dedicarnos los libros. Todo el mundo se acercó muy deprisa, casi dándonos empujones. Nos pusimos en una fila muy larga. Cuando llegábamos, nos preguntaba nuestros nombres y nos firmaba la novela con una dedicatoria. En mi libro, al principio me pareció que había dibujado unas montañas nevadas, pero después me di cuenta de que eran sus iniciales: A.A. La verdad es que me sorprendió y me gustó muchísimo por su originalidad.
   ¡Ojalá vuelva al año que viene!



                                      María García Quero, 1º ESO C

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