En esta composición, Machado, con su habitual ironía, critica a Kant que, con su sistematismo, “desplumó” a la filosofía. Como consecuencia de ello, la filosofía había caído a finales del siglo XIX en el positivismo. El poeta expresa su esperanza de que remonte el vuelo para volver a pensar en lo esencial.
Otros poemas del autor en el blog: “A José María Palacios” y “Yo voy soñando caminos…”:
http://elhacedordesuenos.blogspot.com.es/2010/02/jose-maria-palacio-palacio-buen-amigo.html
http://elhacedordesuenos.blogspot.com.es/2010/06/poema-de-la-semana.html
Sería interesante preguntarse qué "ave divina" es la más apropiada para identificarla con la filosofía especulativa, como hace Machado. Se me ocurren cuatro candidatas: la paloma (que representa el Espíritu), el Ave del Paraíso, el cisne (aquel Zeus que poseyó a Leda), o incluso el Ave Fénix renaciendo de sus cenizas cada quinientos años. Quizás Machado no estuviera pensando en ninguna de ellas: solo en aquello que nos sobrevuela en la filosofía y que nos hace acercarnos a lo más esencial e intemporal (casi a lo divino) más allá de cualquier razón práctica.
ResponderEliminarLa lechuza de Palas Atenea es el ave que se suele identificar con la filosofía.Gracias por su comentario.
EliminarAl leerse toda la obra de Machado, más que una crítica a Kant, resulta una burla al platonismo y su división ideal (de ahí lo de "trocada en pobre gallina"). Los versos finales parecen una burla a la imposibilidad de que la gallina vuelva a ser divina, debido a la contundente influencia de Kant que, vale aclarar, no deriva en positivismo. Todo lo contrario, los neokantianos hacen frente al positivismo de Comte, aquel para quien sólo lo experimentable era válido (aún cuando Kant en su crítica establece cierto conocimiento imposible de verificar, pero necesario para regular la conducta humana).
ResponderEliminar¡Jo! Ante el nivel de los comentarios... aquí, mejor, no decir nada. Salvo que Machado hace fácil lo difícil; como hablarnos a un público ignorante y popular de estos temas tan selectos y que podamos entender algo. ¡Qué grande era
ResponderEliminarCarlos San Miguel