Encadenada y apresada
Encadenada y apresada,
asqueada por una maldita mordaza.
Sin poder dialogar,
sin decir lo que he de pensar.
Rabia contenida en el espesor de mi alma,
sollozos silenciosos, incapaces de notarse.
El odio no es mas que horribles restricciones.
Luché contra la maldad,
sufrí una trágica oscuridad.
Mas algo me aprieta la garganta,
sin dejarme respirar.
Agarré esas cadenas y me intenté escapar,
pero cuanto más protestaba,
más duramente me volvían a apretar.
¡Quiero ponerme a gritar!
Quiero desatarme y dejar de sangrar.
¡Lloraré y chillaré!
Pero jamás me rendiré.
Sonia Miguelena
4º Diversificación IES Goya
¿Una alumna? No sé qué le motivaría a escribirlo pero me ha gustado su fuerza.
ResponderEliminarCarlos San Miguel